Mi performance se basa en una historia personal verdadera, que se desarrolló en el marco del matrimonio. No conocía la palabra A-Test, conocerla fue amargo.
Empiezo con la novia, como un arquetipo que sigue siendo válido, con todo su peso social, su brillo y su glamour. Llego a la realidad de mi condición de extranjera, en Alemania, esposa de un hombre alemán. Después del encantamiento, vivo la mezcla del cariño, las disculpas, el miedo y la amenaza permanente de la expulsión. Una realidad que se repite en muchos matrimonios binacionales, que se tiñen de inseguridad, de la carencia de perspectivas, de la pérdida de identidad para las mujeres extranjeras, que caen en un círculo vicioso de abusos, violencia y explotación.
Cuestiono cómo esta estructura social facilita el poder patriarcal. Hablo específicamente sobre la violencia de género, desde lo individual e íntimo.
Durante la Performance entrego a los espectadores el A-Test que me hizo el médico después de ser golpeada brutalmente por mi esposo y luego destruyo con una tijera mi vestido de novia. Al final muestro el rostro de varias mujeres asesinadas...